domingo, 9 de diciembre de 2012

INTELIGENCIA Y GENIOS


 Pincha para ver este vídeo sobre las bases de la inteligencia. Estos son los comentarios y apuntes que he extraído:

Inspiración + genética + calidad del entorno vivido son algunos ingredientes del genio. Pero el genio ¿nace o se hace? Los expertos se han pronunciado de forma conjunta Han puesto de ejemplo a celebridades comom Mozart del cual se sabe que fue un genio componiendo pero que recibió a su vez una educación musical como pocos en su época. Se nace pero parece ser que sin sudor (Edison decía que el 99%) o perseverancia y sin un entorno propicio sería difícil. Mi aportación, curiosamente, es que los casos que concozco son sujetos con entornos ricos y apropiados. El valor de este grupo de sujetos excepcionales reside según los expertos en ver las cosas de forma nueva, resolver problemas de forma distinta, dar respuestas adecuadas en momentos adecuados, dejar producciones importantes en la vida, generar conceptos nuevos de manera original correlacionando ideas, reinventar, ver las cosas desde otra perspectiva.
A nivel neurológico se señala la actividad de la corteza cerebral (la parte más superficial del cerebro) como la implicada en los procesos de pensamiento superior y la capacidad de abstracción. Antiguamente se pensaba que un mayor tamaño cerebral era indicador de mayores conexiones neuronales y por tanto mayor inteligencia. Pero se ha demostrado analizando cerebros de grandes genios que dicha hipótesis no es demostrable. Se sospecha, por el contrario, que es la forma de conectar los circuitos neuronales la que provoca este diferencia de inteligencia. Se ha visto que maestros del ajedrez activan zonas del cerebro que nadie emplearía para jugar una partida. Se considera que la genialidad se compone de algunas bases genéticas pero que estas no son únicas. Se cree que aproximadamente 1000 genes influyen en la inteligencia pero son se sabe específicamente cuáles ni cómo. Santiago Canales, neurocientífico del Instituto de Neurociencias del CSIC, indica que "las nuevas técnicas como la resonancia magnética no puede dilucidar si una persona es genial, pero si pueden aportar datos sobre si tiene capacidades sobresalientes en algún área de la inteligencia". Por eso creo que tiene mucho sentido hoy en día abordar el tema partiendo del modelo de las inteligencias múltiples, que es un modelo más flexible, que con conceptos más difusos como genio o talento.
Se está estudiando mucho la alta capacidad a partir del estudio de las discapacidades mentales. Se concluye que el entorno es importantísimo en el desarrollo y valoración de la inteligencia. 
La máxima plasticidad del cerebro se da en los primeros años de vida, entendida esta como la capacidad para cambiar la estructura y función neuronal en adaptación al entorno. Se ha comprobado que la genética influye hasta cierto punto; gemelos idénticos genéticamente se ha visto como difieren en sus capacidades e inteligencia al nacer y durante su vida, muestra del papel de los estímulos del entorno en el desarrollo de la dotación intelectual. 
Está claro que el cerebro es un músculo y que si lo entrenas mejora, partas del nivel que partas. Una persona muy inteligente retiene más información que otras, lo cual le da ventaja a la hora de resolver problemas porque manejan más información a la hora de entender y plantear el problema. 
Mara Dierssen, neurobióloga del Centro de Regulación Genómica, dice que "hay que buscar en la genética aquellos elementos que nos permiten ayudar a potenciar determinadas capacidades cuando hacemos interactuar a los sujetos con el entorno". Para ella la conclusión práctica de esto reside en "plantear una educación más individualizada". Parece ser que a nivel práctico, tras todo el bagaje de estudios y experimentos en torno a la inteligencia, la premisa más clara es que debemos optar por una enseñanza distinta a la habitual, totalmente individualizada para todos, con ritmos individuales, retos individuales... Parece razonable dado que algunos expertos aseguran que se desarrolla mejor la inteligencia si estás motivado, y por el contrario, una persona muy inteligente puede frustrarse. De hecho hay niños de 6 años que aprenden a mimetizarse con el entorno y seguir el mismo ritmo que los demás, aprender a acabar las tareas ni antes ni después sino más o menos a la vez. 
Una afirmación o valoración que me resulta muy adaptada a mis ideas previas sobre el tema es la que hace Elisa Alvárez, psicóloga social del Intarec, cuando en relación a la medida de la inteligencia señala que "a los cerebros que se sitúan en los extremos de la inteligencia no tenemos herramientas fiables para medirlos". Esta profesional trabaja con niños valorados como superdotados pero donde no se ha tenido en cuenta el criterio de C.I. clásico.  Hechos conocidos como que a Einstein se le llegará a catalogar en algún expediente de su infancia como con retraso mental, o que a genios como William Shocley (inventor del transistor que revolucionó el mundo de la comunicación) se le considerara con una inteligencia vulgar, pueden apoyar esta idea. En mi caso he visto casos que apenas llegaban a los 130 de C.I. y se ha dudado respecto a considerar altas capacidades. Creo que el criterio de C.I. que tanto condiciona a los profesionales en su diagnóstico debería ser de los últimos a tener en cuenta. Puede haber niños con 110 de C.I. y ser superdotados y niños con 130 que no lo sean, desde mi punto de vista y apoyado en las reflexiones de este vídeo.

Como recursos del vídeo extraigo:

- Libro: Viaje a través de los genios
- www.mundodelsuperdotado.com
- www.asenid.com

GENIOS

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