La teoría de las inteligencias múltiples me parece acertada. Es fácil y simple decir esto pero lo quiero justificar. Hay niños que son buenos o competentes en alguna tarea y en la escuela pueden pasar por un desastre de alumno. Sabemos que existen pocos sujetos qué destaquen en muchos o todos los ámbitos. No solo ellos son inteligentes. Un niño al que sólo se le da bien el dibujo y es creativo pero que en todo lo demás es un desastre, también es inteligente. En cambio con la tradicional concepción de inteligencia que tenemos lo hacemos pasar por un inepto que no tiene nada que hacer en la vida. Es inteligente en algunas áreas de la inteligencia. Este nuevo enfoque de las inteligencias múltiples ha traído para mí un avance crucial: una consideración más ajustada y ética del alumno individual que lleve a no menoscabar su autoestima y sus expectativas de logro y evite tantos fracasos escolares. Solo falta ponerlo en práctica no solo con palabras si no con actuaciones concretas. Lo primero es tratar a los alumnos siempre explicándoles que todos somos buenos en algo aunque otras cosas se nos den mal. Con ello ven algo donde agarrarse. Hay que convencerles de que son buenos en algunas áreas y deben disfrutar de ello y ponerse retos y que en las que no lo son deben ser conscientes para mejorar. Es una visión más paidocéntrica, más psicológica, más en favor del niño y de la persona que las antiguas concepciones monistas de la inteligencia relacionadas solo con la aptitud en los contenidos curriculares.
domingo, 9 de diciembre de 2012
LAS INTELIGENCIAS MÚLTIPLES DE GARDNER
Aquí dejo este vídeo sobre una de las teorías actuales más destacadas que soportan el tema de la alta capacidad.
La teoría de las inteligencias múltiples me parece acertada. Es fácil y simple decir esto pero lo quiero justificar. Hay niños que son buenos o competentes en alguna tarea y en la escuela pueden pasar por un desastre de alumno. Sabemos que existen pocos sujetos qué destaquen en muchos o todos los ámbitos. No solo ellos son inteligentes. Un niño al que sólo se le da bien el dibujo y es creativo pero que en todo lo demás es un desastre, también es inteligente. En cambio con la tradicional concepción de inteligencia que tenemos lo hacemos pasar por un inepto que no tiene nada que hacer en la vida. Es inteligente en algunas áreas de la inteligencia. Este nuevo enfoque de las inteligencias múltiples ha traído para mí un avance crucial: una consideración más ajustada y ética del alumno individual que lleve a no menoscabar su autoestima y sus expectativas de logro y evite tantos fracasos escolares. Solo falta ponerlo en práctica no solo con palabras si no con actuaciones concretas. Lo primero es tratar a los alumnos siempre explicándoles que todos somos buenos en algo aunque otras cosas se nos den mal. Con ello ven algo donde agarrarse. Hay que convencerles de que son buenos en algunas áreas y deben disfrutar de ello y ponerse retos y que en las que no lo son deben ser conscientes para mejorar. Es una visión más paidocéntrica, más psicológica, más en favor del niño y de la persona que las antiguas concepciones monistas de la inteligencia relacionadas solo con la aptitud en los contenidos curriculares.
La teoría de las inteligencias múltiples me parece acertada. Es fácil y simple decir esto pero lo quiero justificar. Hay niños que son buenos o competentes en alguna tarea y en la escuela pueden pasar por un desastre de alumno. Sabemos que existen pocos sujetos qué destaquen en muchos o todos los ámbitos. No solo ellos son inteligentes. Un niño al que sólo se le da bien el dibujo y es creativo pero que en todo lo demás es un desastre, también es inteligente. En cambio con la tradicional concepción de inteligencia que tenemos lo hacemos pasar por un inepto que no tiene nada que hacer en la vida. Es inteligente en algunas áreas de la inteligencia. Este nuevo enfoque de las inteligencias múltiples ha traído para mí un avance crucial: una consideración más ajustada y ética del alumno individual que lleve a no menoscabar su autoestima y sus expectativas de logro y evite tantos fracasos escolares. Solo falta ponerlo en práctica no solo con palabras si no con actuaciones concretas. Lo primero es tratar a los alumnos siempre explicándoles que todos somos buenos en algo aunque otras cosas se nos den mal. Con ello ven algo donde agarrarse. Hay que convencerles de que son buenos en algunas áreas y deben disfrutar de ello y ponerse retos y que en las que no lo son deben ser conscientes para mejorar. Es una visión más paidocéntrica, más psicológica, más en favor del niño y de la persona que las antiguas concepciones monistas de la inteligencia relacionadas solo con la aptitud en los contenidos curriculares.
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